Libre soy, con la relatividad que supone serlo y amarte a ti. Pero aquí sigo por las calles de Sevilla, tú tan lejos y yo sin poderte tocar.
No estás y te reconozco en cada muchacho tímido, de esos que agachan la cabeza ante un cruce de miradas.
Me recuerdan a ti pero más tristes y menos cansados. Quiero acercarme a alguno y decirle lo frágil que soy cuando no te arranco un abrazo, ni te muerdo el labio, ni te alboroto el sexo.
Sí, quiero contarle todo eso y que me mire sorprendido, que frunza el ceño y me diga loca, como tú tantas veces has hecho antes de besarme, solo que él no lo hará, apenas sonreirá antes de marcharse, y yo también lo haré, un segundo justo, antes de pensarte.
Y cómo se ríe la noche cuando no la utilizamos para quitarle el hambre a nuestros cuerpos, cómo suspira de alivio cuando no luchamos contra ella para que el sol no le haga el relevo. Qué jóvenes y egoístas nos vemos de madrugada, y cómo nos gusta, y cómo nos basta.
Somos débiles para no sudar después de la una, para no gastar oxígeno, para que no me levantes la falda y yo a ti el... alma.
Me tiro de cabeza al precipicio que implica mirarme en tus ojos y quedarme ahí en medio de la aduana, sin papeles, sin recursos, hasta que vengas y me salves, y me venzas.
Quiero volver a ese sitio donde no entra el frío, donde tú conoces el lugar en el que nacen mis cosquillas y yo el lugar de tu cuerpo que no debo tocar, quiero volver a ese sitio en el que acaricio y tirita tu esqueleto, ese sitio en el que a quemarropa siempre me has querido entre franela y gomaespuma.
Quiero volver y no puedo, y acabo estas palabras como la canción de Neruda.
Desesperada.
Sencillamente...¡Hermoso! Ser amado así es una bendición. Amar así y expresarlo así, es un privilegio que solo unos pocos tienen. ¡Felicidades a los dos! Agradece cada día el don que tienes.
ResponderEliminarNo me canso de leerlo y escucharte, es precioso :)
ResponderEliminarGracias! Puro sentimiento.
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