29 dic 2012

Te odio. Mentira.

Después de aquel pecado te quedaste dormido, como si antes no hubieras podido descansar sin conocerme por dentro. Te quedaste dormido abrazándome, no demasiado fuerte pero suficientemente firme, como el tronco de los árboles, que solo los agentes externos más agresivos, o las herramientas de los hombres pueden derribar.
Te duermes, y sin sueño, me duermo, eres mi hábitat natural, donde no necesito cosmética, peinados de revista, y mucho menos ropa. 
Te entra el frío, y ahora sí, me abrazas fuerte, y me estremezco, me dices que se te enfría el cuerpo, que te caliente, que me necesitas, esto último es mentira, pero suena tan dulce de tu boca, que pego mi piel a la tuya y regulo nuestra temperatura. Y así hacemos del invierno primavera.
Me rescatas en medio de mi desorden, de mi desastre, pero yo no quiero ser salvada, sólo me dejo porque eres tú, y finjo que me asusta el caos, y lo cierto es que vivo de él, lo cierto es que no hay sabor como el del caos. Me resulta profundamente fascinante vivir improvisando, no tener control sobre nada y así nada te controla, porque el orden y yo nos respetamos y mantenemos las distancias.
Lo único bueno de todo esto es que me encanta que me enseñes, sobre cualquier cosa que tu sepas, yo nunca lo aprendo, pero siempre te escucho y sé que es importante aunque a mi no me sirva.
Aún así siempre has preferido mi polvo al de campanilla, dices que la mierda que ella vende no te hace volar como el mío, y que se ha vuelto demasiado comercial.
Días a tu lado, noches con tu cuerpo.

- Te odio. 
-Mentira.
- En ocasiones me gustaría odiarte.

A veces, para ser libre hace falta mentir. 
Pero sólo las personas que están vacías son fáciles de engañar. Y yo estoy llena de ti.

17 dic 2012

La fidelidad del cisne es mentira.

Soy yo la que conoce su manera de despertar, bostezar, y retorcerse. Y saboreo la batalla de después sobre si ronca o no ronca. Qué divertido es hacerle enojar.  
Estoy preparada para todo menos para nada. Como cuando llueve, abres el paraguas y la lluvia cae en diagonal, igual que  las líneas que dibuja su espalda, las que dan paso a su culo y otras venganzas.
Tiene su encanto levantarse antes que el Sol, pero prefiero que mientras esté en esta cama bajemos las persianas, que no está la luz preparada para que esto se acabe, y lo eterno sólo dura un rato.
Solemos apostar por cosas que a otros no les salieron bien, o que nos dicen que tienen fecha de caducidad. Porque mientras es nuestro nos sentimos de puta madre.
Párate a intuir si el viento lleva colores, y en cada pestañeo de esperar azules y violetas, te estarás perdiendo cómo se abren unas piernas.
Lo cómodo que resulta desprenderse de la ropa con calor artificial, y lo sutil que puede llegar a ser hacer fuego con la piel. Y su mano dibujando mi cuerpo, y mi cuerpo en simbiosis con su mano. 
La misma capacidad para morder tus labios que para respirar.
Que somos como amebas, el único organismo instintiva y biológicamente fiel, (a pesar de lo que digan de los cisnes). Las amebas cuando encuentra a su pareja se funden en un sólo cuerpo, en una sola célula. ¿No es precioso ser protozoo?

Pero bueno, hace mucho que dejamos las clases teóricas de biología. Solo quería contestarte a la pregunta que me hiciste anoche en el coche, sobre todo eso de nosotros y la felicidad. Mi respuesta es SI, todos los días desde que te conozco.

11 dic 2012

Caliéntame los pies.

Me he sentido tan irascible ilógicamente  por querer que el teléfono sonara a cada minuto,  y  que me preguntaras qué tal fue mi día de mierda, apuntes y té negro, que olvidaba que hoy escribiste que te importo en una chimenea, encima de un tejado, donde nadie pudo verlo, sólo el cielo, tú, y yo en una foto. Y que has prometido volver a hacerlo donde nunca se borre y sólo sea para nosotros.
No todos los días te quiero tanto, a veces te quiero más. No es que sea insaciable y quiera más de ti. Es que lo quiero todo, y todo nunca puede ser. He de aprender a administrarte en dosis, pequeñas, sutiles, sabrosas.
Pero no logro comprender de qué cojones sirve tanto frío si no estás para arroparme. 
Ven a calentarme los pies y lo que haga falta. Y hacen falta tantas cosas...

3 dic 2012

Basada en besos reales.

He tratado de quererte suficiente en lugar de demasiado, asumo que sería la forma más perfecta de libertad. Y créeme que me esfuerzo cada día.  Pero al final resulta que te doy más importancia de la que me puedo permitir, porque se crea una especie de estúpida dependencia, y eso nunca ha sido bueno en ningún aspecto de la vida.
Es bastante incómodo pensar en tu espalda en clase de Política, querer gritarte en mitad del metro y que ni si quieras estés ahí, oler tu colonia, darme la vuelta en el paso de cebra y que el muchacho no seas tú.
Sería agradable no estar falta de caricias más de dos semanas seguidas. Necesito que ahora mismo, en esta habitación, en este instante, justo en este momento, me hagas reír como sólo tú sabes, porque a lo mejor no muero de amor, pero seguramente lo haga atragantándome con una carcajada.
Yo lo que quiero es fumar tus labios, que esos me hacen crecer más en una calada, que en un millón de años.

¿Te suena esta historia? Está basada en besos reales.

Era una chica pequeña y menuda, ese día él la llevaría al cine con su coche nuevo el serie5 que tanto esfuerzo le había costado. La Criatura era consciente de que a él no le gustaría la película, así que tenía que compensarle con algo, ella no solía vestir con faldas y demás por el estilo. pero se puso un vestido de los años 80 de la adolescencia de su tía en pleno siglo XXI y los tacones negros más altos que encontró. Se ahuecó las ondas de su pelo y añadió negro a sus ojos color miel. Y de pronto llaman a la puerta, y ella tan nerviosa y tan patosa como el primer día, baja torpemente las escaleras, como había ensayado, mirándole a él a los ojos, que le esperaba de etiqueta en el primer escalón. 
De repente el se pone colorado, sonríe inevitablemente, le tiende a la chica la mano y le ayuda a bajar casi flotando. Primero dijo que el vestido era demasiado corto, y demasiado apretado, pero que la chica estaba demasiado preciosa, y ella se puso demasiado colorada.
En el cine, como era de esperar, él se durmió en su hombro. Ella sabía de su esfuerzo, y aunque odiaba las discotecas cedió a cambio de ginebra,  porque a él le apetecía bailar, y aunque a ella no se le daba bien seguir el ritmo de la música, o más bien le aterraba, decidió hacerle feliz.
Descubrió que no fue tan mala idea, y en el momento más absurdo de la noche, también el más desconcertante, el DJ gritó a los clientes que levantaran algo que brillara, de repente la chica se vio suspendida en el aire, todo fue muy rápido, él la sostenía, todos miraban, ella estaba abochornada  pero luego pensó que fue el gesto de amor más brillante y original que había tenido en mucho tiempo.
Y él, que no era mucho de palabras y declaraciones, consiguió que ella se quedara muda también, muda pero feliz. Porque a veces se pueden vivir de los gestos, disfrutar del silencio, y creer en él.