2 dic 2013

Días de un día.



Avenidas colapsadas de gente.

Escaparates de rojo intenso.

Luces anunciando excesos en diciembre.

El tequila que te besa desde un vaso.



Los que pueden permitirse la PS4.

Los que se conforman con un beso en los labios.

Profesores amantes del PowerPoint.

Paul Walker se hace Gas.



Melancolía de la era Guardiola.

Ley de puteamiento ciudadano.

La ducha, que me quema si improviso tu canción.

Ahora que eres sed.



Los noctámbulos que se llevan las noches por delante

Ellas, que sufren en silencio sobre sus tacones.

La alameda, llena de música, de letras y litronas.

De perros sin flautas, de flautas sin dueños.



Las maletas con frío, las estaciones con sueño.

Las ciudades gastadas de desenfrenos.

Los grados bajo cero de los meses que no te tengo.

Días de un día.



Lo que está pasando mientras no me pasas.

Cuando estás sin ser. Cuando permanecer es lo contrario a continuar.

Existo en lo estático, hasta que compartamos tiempo, espacio y saliva.

Que todo está lleno de nada cuando te falta lo que te hace falta.








14 nov 2013

Personas raras.



No soy un sujeto de esos que se están constantemente analizando. Suelen hacerlo por mí las personas que me conocen o creen que me conocen, y entonces yo les doy o les quito la razón. Y una de las personas que más me conoce en el mundo me dijo una vez que yo era una montaña rusa de sentimientos, extremadamente emocional y arriesgadamente  intensa.


Y le di la razón.


Si algo me hace feliz me emborracho de euforia, y hasta lloro de risa, si algo me pone triste me lleva hasta el subsuelo y lloro de abrumador dolor. Y de igual manera se me da bien pasar del suelo al cielo y viceversa. Y vivir cada instante de mi vida con pasión.


Eso hace que hoy me sienta especialmente emocionada al darme cuenta de lo mágica que son algunas personas, sobre todas esas que te paras a escucharlas y te das cuenta de que tienen un genio encerrado en su cabeza, y si la sabes frotar hasta se dejan ver. Hay conversaciones tan excéntricas y maravillosas como su orador. Las personas raras son mis preferidas, por lo general son las que más te pueden enseñar, y te pueden aportar una visión del mundo mucho más mística, diferente, y esperanzadora que el resto.


Por ejemplo ayer tuve una conversación con una persona rara y dijo una frase preciosa, hablábamos, o más que hablar hacíamos un llamamiento al arte, porque creemos, puede salvar al mundo, y entonces dijo, “¿Te das cuenta que si no existiera el capitalismo la tierra estaría llena de pintores?”. 


Y si no entendéis la frase, si al leerla ni si quiera sonreís, es que necesitáis hablar con muchas más personas raras, y sobre todo, escuchadlas.


A parte de esta alegría desmesurada por saberme conocedora de gente tan magnífica, y como experta en el arte de la contradicción, me siento abatida por ciertas ausencias en general y por una en particular. Esa persona con capacidad de arreglarme los días rotos. 

O será que hoy te echo especialmente de menos y me parece que eres más superhéroe que nunca.

Solo eso.


Que te quiero.

12 nov 2013

Nirvana.



De entre todas las cosas te volvería a elegir. 
Te doy el poder de destrozarme.
Aquí y ahora. O donde quieras.
Y vuelvo a apostar por lo que dicen, 
insisten, afirman, tiene fecha de caducidad.

Una vez más te habito.

Todas las noches duermo contigo, aunque no estés. 
Todas las putas noches desde hace más de 1170 días. 
Y como Aute, duermo con tu nombre besando mi boca.

Y si todo el tiempo somos principio, ¿cómo se puede acabar?
Si el amor también son tus piernas y mis caderas. Y se ponen a bailar.
Y no te cansas nunca. Y siempre tienes sed. Y yo me hago río por ti.

A mí que me enseñaron a no malgastarnos. 
Yo, que te tengo a corto plazo para siempre.
Sé lo que es invertir en tu cuerpo y sacar intereses.
Gemir de felicidad.

Y llamar Nirvana a este jodido momento.

Justo ahora, que enciendes otro leño y me quieres sin ropa.
Porque aseguras, desnuda se me ponen los ojos preciosos.


7 nov 2013

6/11/2013


Gracias a todas las personas, a todos los aplausos, a todos los amigos que han estado. Y los que no han podido estar por su apoyo y sus ganas de atravesar kilómetros. Gracias por ser testigos de esta bonita e inolvidable experiencia.

29 oct 2013

Aún arden.

Para "L". Por amar por encima de los daños. 




La chica de los huracanes en el pelo en el principio se resistía a caer.
Pero todo él era campo gravitatorio, y poco se puede hacer contra las leyes de la naturaleza.

Y ella le hizo ley. 

Se tiró.

Sin paracaídas, sin protección.  Conociendo la inseguridad de volar junto a él, Que vendía humo… Sabiendo que allí abajo el suelo era duro. Prefirió flotar. Y se ahogaba cada noche en cada una de sus canas.

De pronto la tierra. De pie. Aún le quedan cinco vidas. Pero duele. Todo son escombros. Todo ruinas.
Él la quiere, pero no sobre todas las cosas, ni si quiera por encima de él. La ama tanto como para no querer que se vaya. Pero tan poco como para desear que otras le deseen.
Y ella se aleja.  Bajar la guardia solo la arrastra a todas sus heridas. Tiene el alma llena de grietas y abismos, de tanto  intentar vaciarse de sus mentiras. Lo intenta. Insiste. Imposible.

Y se mata con él como hace con el tabaco.

Amar puede matar.

Amar perjudica gravemente su salud y la de los que están a su alrededor.

Él era pura nicotina. Y ella nunca había sido más adicta en toda su vida.
Será que la autodestrucción va ligada a los sentimientos. Sabía que era contraproducente, perjudicial. Sabía que le iba a doler tanto placer. Pero se creía capaz de salvarle de todos sus infiernos. De recomponerle.

En lugar de ello se hundía con él en su oscuridad, en cada uno de sus muerdos, cada vez que su sonrisa le atravesaba la ropa interior. Incendiando su cama. Y a la mañana siguiente las cenizas aún quemaban.

Aún arden.

Y nunca termina lo que nunca acaba de quemarte





28 oct 2013

Nosotros.



Solíamos creernos infinitos en los bares, en los bailes y en los besos.
En la imprudencia de antes del látex y los susurros mojados de tu boca.
Cuando el tiempo era tiempo y flotábamos de él en las callejas,
y la experiencia nos señalaba con el dedo y se reía de nosotros en los portales.
Pero ahora el tiempo es cable, y nosotros trapecistas a punto de caer.
No lo vimos venir, inconscientes, inocentes y Sabina advirtiendo
que nos robarían el mes de abril.

Porque todos los otoños tengo que dejarte en standby,
y tú sin cansarte de mi pelo, ni de mis lunares, sigues asomándote a la ventana,
por si un viernes de los de palomitas y Tarantino, ves a la chica de ayer.

Pero al final del invierno, al final de la primavera,
siempre hace diez mil tormentas que no nos vemos, que no nos mojan.
Aunque nosotros sabemos de fenómenos meteorológicos, de cambio climático
y de estaciones que salvan mis ganas, y así nos curamos los kilómetros.

Y a pesar de que no compartes mi ciudad del invierno,
ni sabes de sus calles, ni que Sevilla también es fría en enero,
a pesar de todo eso, ya te conocen los vasos de las barras, las canciones para dos
y se encela el Guadalquivir cuando le hablo de nosotros y el Guadiana.
Y le cuento que mi felicidad la reparto en instantes y que tiene el pelo casi negro,
que tiene pecas y unas manos enormes, que cuando tocan hace terremotos,
que mueve la corteza de debajo de mi ombligo.

Sabes sobrevivir a las ausencias besando los cigarros,
con algo de ginebra, pausando los silencios.
Como el perro del hortelano, ni nos comemos, ni nos dejamos comer.
La soledad no me deja sola, sin embargo no lleva vaqueros apretados,
ni es tan caprichosa, ni usa Hugo Boss.

¡Joder!, que bien suena la primera persona del plural cuando sale de tus labios,
que hasta si lo dices al gritarme a mi me pone, a mi me vale.