27 jun 2013

Recuerdos Vol 1.

Las siguientes líneas van a contribuir (supongo) a que entiendan un poquito mi forma de ser, cosa a la que no estoy obligada, pero que por otro lado me apetecía abrir mi baúl de los recuerdos y remontarme a cuando mi mayor preocupacion era si había o no lentejas para comer (esta preocupación me sigue acompañando). 
Para que no resulte agobiante, monótono y denso, dividiré en fascículos esta reminiscencia de mi infancia.
No sé muy bien por dónde empezar, tengo demasiados recuerdos y muchos de una edad temprana, desde que tenía un año más concretamente, cuando en primero de carrera di este dato en clase de psicología ya que estábamos con el tema de la memoria, el profesor dijo que era imposible que tuviera recuerdos tan prematuros ya que la memoria se desarrolla con el lenguaje, a lo que no me quedó mas remedio que añadir que comencé a hablar con ocho meses (este dato lo podrá corroborar mi gente más cercana)
Así pues y por tomar algo como punto de partida, comentaré que recuerdo a la perfección una de mis primeras posesiones que supongo me regalaría mi padre, era un pequeño balón acorde a mi tamaño con los coleres y el escudo de Fútbol Club Barcelona. Siguiendo en esta línea voy a ordenar los recuerdos por temática más que cronológicamente (si mi madre me pilla ordenando recuerdos en lugar de mi cuarto me mata)
Recuerdo ver los partidos subida al cuello de mi padre, tengo inmágenes nítidas en mi cabeza de Romario, creo que el primer jugador que recuerdo, más tarde Guardiola, el Lucho (uno de mis ídolos sin contar a Zidane), Rivaldo... que contribuirían junto con muchos otros a que se forjara en mis adentros este amor no sólo por unos colores, sino por un deporte. 
 La primera vez que vi a mi padre graciosamente ebrio fue en la celebración de una final de la recopa, en la que veo claramente a Ronaldo (el de verdad) celebrando un gol en la primera parte contra el PSG, con la camiseta verde del barça. Creo que en el 97, justo antes de dejarnos, aunque lo suyo dolió menos que lo de Figo.
En los recreos fueron muchos los partidos que disputé rodeada del sexo másculino, aunque econtré una aliada, tocaya, femina y merengue, que que hizo que no me sintieran tan sola en este deporte (un guiño a Cristina G.)
Nunca pedí  barbies o muñecas. Mis juguetes preferidos eran piezas de madera de construcción, playmobils y dinosaurios entre otros. Y bueno, es que no tengo común ni el sentido, aún hoy soy la única chica en el grupo de amigos que juega al airsoft, al Call of Duty, al poker, (y algunas otras cosas con cierto cariz ilegal que no puedo contar aquí, aún)

Creo que por hoy lo dejaré aquí, nos vemos en la proxima recuperación de mi memoria histórica.


1 comentario:

  1. Jajaja lo de que no te pille tu madre ordenando recuerdos en vez de tu cuarto ha sido un puntazo ;)
    http://threefacesofhades.blogspot.com.es/ pásate :)
    pd. escribes muy bien.
    Saludos!

    ResponderEliminar

Coge altura. Deja señales.