14 nov 2013

Personas raras.



No soy un sujeto de esos que se están constantemente analizando. Suelen hacerlo por mí las personas que me conocen o creen que me conocen, y entonces yo les doy o les quito la razón. Y una de las personas que más me conoce en el mundo me dijo una vez que yo era una montaña rusa de sentimientos, extremadamente emocional y arriesgadamente  intensa.


Y le di la razón.


Si algo me hace feliz me emborracho de euforia, y hasta lloro de risa, si algo me pone triste me lleva hasta el subsuelo y lloro de abrumador dolor. Y de igual manera se me da bien pasar del suelo al cielo y viceversa. Y vivir cada instante de mi vida con pasión.


Eso hace que hoy me sienta especialmente emocionada al darme cuenta de lo mágica que son algunas personas, sobre todas esas que te paras a escucharlas y te das cuenta de que tienen un genio encerrado en su cabeza, y si la sabes frotar hasta se dejan ver. Hay conversaciones tan excéntricas y maravillosas como su orador. Las personas raras son mis preferidas, por lo general son las que más te pueden enseñar, y te pueden aportar una visión del mundo mucho más mística, diferente, y esperanzadora que el resto.


Por ejemplo ayer tuve una conversación con una persona rara y dijo una frase preciosa, hablábamos, o más que hablar hacíamos un llamamiento al arte, porque creemos, puede salvar al mundo, y entonces dijo, “¿Te das cuenta que si no existiera el capitalismo la tierra estaría llena de pintores?”. 


Y si no entendéis la frase, si al leerla ni si quiera sonreís, es que necesitáis hablar con muchas más personas raras, y sobre todo, escuchadlas.


A parte de esta alegría desmesurada por saberme conocedora de gente tan magnífica, y como experta en el arte de la contradicción, me siento abatida por ciertas ausencias en general y por una en particular. Esa persona con capacidad de arreglarme los días rotos. 

O será que hoy te echo especialmente de menos y me parece que eres más superhéroe que nunca.

Solo eso.


Que te quiero.

1 comentario:

Coge altura. Deja señales.