Las mañanas y la vida,
deberían tener olor a café.
No a napalm.
Debería estallar la risa
por las calles.
No civiles por los aires.
La vida debería ser algo
parecido a llegar a la vez.
Deberían escucharse los gemidos
de millones de mujeres.
No el estruendo de cientos
de explosiones.
Así debería ser la vida.
Y no estoy diciendo que la vida
debería ser fácil.
Solo que debería ser vida.
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