Te observo mientras bailas
con la vida y la desatas.
Mientras el verano estalla
entre tus pecas.
Te observo absoluto
y lo demás sucede en un instante,
orbitando a tu alrededor,
pisándote los talones
pero sin alcanzarte.
Todo es fugaz en el momento que tú existes.
Todo es fugaz,
efímero e inestable
aunque todo permanezca.
Me besa tu acento
en la clavícula.
Y encuentro mi casa en tu epicentro
y el equilibrio en tu sonrisa
mínima, leve y precisa.
Que me limita el pensamiento,
a la vez que me devora el fanatismo
por tus formas.
Te observo levitar sobre la Tierra.
Sostengo el boli entre los dedos,
lo poso sobre el papel
y lo hago desangrarse.
Mientras te observo.
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