27 feb 2013

La importancia de los puntos suspensivos.

Ella decía que moría todas las noches después de que él le hiciera temblar mínimo dos veces por hora.

Pero sólo moría para volver a empezar. 
Y empezaba todas las noches, empezaba sólo para acabar.
Pero eso sí, siempre con él, y siempre a la vez. 
Lo mejor es que después de cenarse el uno al otro tenían que picar entre horas. 
Pasaban las madrugadas, entre temblores, muertes y aperitivos.
Las historias siempre interesan más si al final pone “Basada en polvos reales”. 
Porque así todo el mundo piensa que también lo pueden vivir.
Dicen que todo tiene un final, pero no me jodas, ese final puede ser abierto, ¿no? 
Como todas las películas que tienen segunda parte. 
Y lo de “segundas partes nunca fueron buenas” 
no es aplicable a todo. Tenéis la mala costumbre de generalizar.
De ahí la importancia de los puntos suspensivos. 
Tú como siempre, taladrándome los músculos a mordiscos,
yo fingiendo que no me duele sólo para que tus dientes me dejen huella. 
Y cuando la gente me pregunte decir “Son marcas de guerra, la más dulce y lasciva”

1 comentario:

  1. Donde estas pequeña? Vuelve a escribir, todas las noches entro con las esperanza de tener algo de ti.

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Coge altura. Deja señales.